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Cuando la imagen muere en la experiencia

Cuando uno “fracasa” (linealmente hablando), a veces tiene la sensación de “eternidad”, con respecto a sí mismo. La mente construye una imagen de sí mismo, vencido, que de alguna forma tiene una especie de sensación de eternidad, como que “toda la vida” continuará esa sensación acerca de mí. Se genera una especie de “incapacidad” que es consecuencia de la creación de esa imagen, que se encarga de buscar soluciones en el afuera para salir de sí misma. Al identificarnos con esa imagen, consideramos que todo yo soy un fracaso. Así, le estoy dando “espacio” de identidad total, a una posibilidad de muchas. 

La mente, por sí misma, no comprende que ese “yo” es solo una posibilidad, y que además es transitoria, que comprende un inicio y un final. Tomamos a la experiencia como portadora de un inicio y un final, pero dejamos a la imagen como algo eterno. Así, le estoy dando “tiempo” de eternidad, a lo que es finito. Se acaba la experiencia, pero "yo" sigo siendo el mismo, y abro otra experiencia del mismo calado, con distintos personajes. 

¿Es posible que esa identidad, esa imagen, ese "yo", sea el que muera en la experiencia?

Al tomar a la imagen como algo que porta un principio y un final, vamos integrando la perspectiva de que la imagen, en sí misma, es la proyectora de la experiencia. La imagen tiene, también, un principio y un fin. Cuando le quitamos el fin, y la dejamos en la eternidad, exploramos la experiencia sin finalidad, sin fin. La imagen es finita, pero la percibimos infinita para que pueda vivirse la experiencia del potencial, como la única posibilidad de “Yo”. La imagen es impersonal, pero la percibimos como personal.
La imagen, el “yo”, está asociada temporalmente a la vida, como algo fijo. Ese “yo” me durará el tiempo que esté vivo. ¿Pero qué sucede si ese “yo”, esa imagen, puede “morir” mientras mi vida en la experiencia sigue activa?

¿Podemos abrirnos a contemplar el “yo” como una imagen finita?

El miedo a la muerte nos hace tratar de otorgarle una “eternidad” que nos deja entrampados, porque si la imagen no muere, entonces, la persona muere físicamente, pero la imagen sigue activa. Esa sensación de eternidad nos impide hacer combustible de los tránsitos de “fracaso”, “error”, “incomodidad”...etc. Los cuales, al ser incluidos, son generadores de madurez en el individuo, y del cambio de finalidad en nuestras vidas cotidianas. 

Aquello que la imagen excluye, son giros de finalidad, la finalidad rota cuando estoy roto. 

Píldoras escritas de "Economía Dinámica" https://www.youtube.com/watch?v=r2sh8Wfhoso&feature=youtu.be

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