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EXCLU-SIÓN





Observador en situación de profunda EXCLU-SIÓN

Muchos receptores tienen identificación, ya sea consciente o inconsciente, con un observador que se siente profundamente excluido.

Este observador, según lo voy percibiendo, tiene un enorme VELO (56) que cubre justamente sus potenciales. Allí donde tiene un alto potencial, más MIEDO (47) siente, o VERGÜENZA (123), de modo que más 4 interviene en su vida, en sustitución de 7, operando y controlando totalmente sus planos lineales (123).

Este VELO le impide VER LO que otros observadores VEN muy fácilmente. Esta situación sucede conmúnmente en ambos sentidos. Estoy hablando de un observador global, de modo que los distintos receptores, con distintos observadores, van a ver que a veces están en esta posición de ceguera, y a veces están en la posición de ver en el otro lo que el otro no puede ver. Sin embargo, en algunas personas, esta situación de ceguera es más potente, por las características frecuenciales del receptor.
 

Estos receptores tienen una "referencia externa" sumamente fuerte. Aquí sucede una cuestión interesante, y es que, cuando uno empieza a “salir de la Matrix”, cree que ya salió de referenciarse a los planteamientos que le vendía la Matrix. Sin embargo, no es lo mismo salir de la Matrix, que salir de SIÓN, y es cuando entramos a observar profundamente ese NUDO de SIÓN cuando nos empezamos a encontrar con la profunda esclavitud con la que está el receptor programado a moverse en referencia a todo ese sistema de creencias (por supuesto externo, pero yo internalizo como “mío”, que nos dicen en todo momento cómo actuar). Es decir, en cierto momento empezamos a ver lo que operaba en el INCONSCIENE y los broches que ahí había en este aspecto. De modo que el proceso, primero me va liberando en plano 3, ahí salgo un poco de la situación, pero después tengo que atravesar 4 para encontrarme con el BROCHE que nacía en 5, ese conjunto de NORMAS INCONSCIENTES que me colocaron la corona de espinas, o la muralla a mis propios potenciales, y que era incapaz de ver. 



La persona en esta situación no quiere mostrar el error, de modo que LO MUESTRA y NO LO VE. Como quiere ESCONDER sus errores, por la vergüenza que éstos le producen, llega un momento en que el espacio-tiempo lo aprieta para que pueda mostrárselo al VACÍO, que es a quien le interesa. Sin embargo, ese BROCHE que tiene en medio implica que, para que el vacío lo VEA, él tiene que estar dispuesto a que lo vean los demás. Ahí es donde la persona tiene un gran MIEDO. Pero a medida que va dejando operarse y a medida que va VIENDO esta situación, se va entregando más a poderse permitir ese MOSTRARSE para poder VERSE. 


Es realmente impresionante cómo ahora empieza a tomar sentido algo con lo que me encontré hace un tiempo, que es una ciudad en CUBA, 53, llamada CIEGO DE ÁVILA, en coordenadas (78N, 21O). Es decir, si muestro 21, el error 78, dejo de ser el Ciego de Ávila (Como ya saben, mi ciudad de nacimiento, rodeada de una muralla y en coordenadas 40,-4)

Esta situación es generada por, como hemos dicho, una profunda EX CLU SIÓN. Es decir, que uno se siente FUERA del diseño y de los regalos que el diseño ofrece a sus acólitos, pero no está, ni mucho menos, en la percepción de origen. De modo que no está ni fuera ni dentro, y esto le lleva a querer estar dentro del diseño para poder sobrevivir, tener lo que tienen los otros... pues se compara y siempre sale perdiendo: el otro es más listo, el otro toma MEJORES DECISIONES que yo, el otro PUEDE VER LO QUE YO NO VEO, haga lo que haga ME EQUIVOCO...etc.


El resultado de esta profunda exclusión a la que a este observador le somete la muralla de valores, o la corona de espinas que tiene en su percepción, es que, para conseguir lo que tienen los demás, tiene o bien que SALTARSE LAS NORMAS, de modo que ahí tenemos al DELINCUENTE de izquierda, que es incapaz de amoldarse, pero quiere lo que tienen los que se amoldan, y lo quiere mucho más rápido que ellos. O bien, tengo que acomodarme al molde, lo cual me produce un sufrimiento muy muy grande, y lo que me proporciona el diseño en recompensa por amoldarme, es un subsidio para mantenerme vivo. “Y da gracias que tienes eso!” te dirá el diseño... “otros están mucho peor”.

La derecha no VE esta situación, porque percibe desde otro tipo de observador, que tiene una visión mucho más amplia, que se siente completamente DENTRO, INCLUIDO, y recibe los “parabienes” del diseño. La persona que cumple con las normas, porque no tiene ninguna dificultad en cumplirlas, no entiende que otros receptores no las cumplan, no entienden por qué no se adaptan a las normas igual que lo hace él. “Que trabajen, como hacemos todos”, dirá este tipo de observador. Y el que, desde esta situación tampoco se adapta a las normas, consigue lo que quiere de forma inmediata, pues conoce las normas y las utiliza a su antojo para conseguir lo que necesita en su propio beneficio, y rápido, apuntando a los valores de los demás, y a sus debilidades en los cuatro marcadores ("te puede pasar algo y dejas a tu familia sin cubrir, hazte un seguro que yo te vendo..." por ejemplo). Este sería el DELINCUENTE de derecha.

En esta incomunicación, la humanidad entra en un profundo conflicto, pues además, los potenciales bloqueados de unos, son ocupados por los otros, de modo que el broche se hace cada vez más profundo.

Así, ahora podemos ver en el momento de crisis, que en muchas sociedades los ricos se hacen más ricos, y los pobres más pobres. Es decir, se pone de manifiesto en GRANDE esta distorsión, para que podamos verla más fácilmente.

Toda la vida ha habido personas que han percibido esto, la cuestión es cuando el propio diseño trata de dar soluciones desde el diseño, a modo revolucionario, que hace más gorda la pelota. Soluciones que se dan, una y otra vez, con las paredes, con los muros que tengo al rededor de mi percepción, de modo que me quedo aislado, castrado, pues la imposibilidad sigue viva, por mucho que yo me proponga salir de ella.

La cuestión es poder VER la estructura lógica completa de lo que me opera, del VELO, de la impotencia, de la imposibilidad, y permitir que mi diseño no intervenga a querer resolver esta solución por sí mismo, sino dejar oxígeno para que entre otro observador más veloz, a recolocar los elementos que me llevaron a esa situación, y sobre todo, aprender, cada vez más, a no luchar para SALIR de ahí, sino poder integrar esta situación desde la EXPLORACIÓN de la misma, pues tiene un riquísimo nutriente para el vacío, ya que es un “carajo muy carajo” que trae grandes cantidades de combustible para quien no tiene la posibilidad de ir hasta allí.

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