Hasta ahora, hemos mantenido una división entre “lo espiritual” y “lo material”. Ahora podemos ver que son las dos caras de la misma moneda, y que la misma división nos mantiene en la dualidad. Si yo me posiciono en el personaje “espiritual”, voy a ver a “lo material” como algo mundano, como algo que no merece el impulso sagrado que le entrego a lo espiritual. Desde esa posición de división, juzgamos el dinero como algo “malo”, como aquello que corrompe a la gente, o al sexo, o a todo lo que pertenece al plano físico y biológico.
Sin embargo, cuando empezamos a comprender que todo lo que nos rodea es una expresión de aquella Conciencia a la que le hemos otorgado el carácter de “espiritual”, lo material deja de tener esa carga de juicio que ha tenido durante mucho tiempo.
La VIDA, ese suceder de acontecimientos, personas, objetos y momentos que se presentan frente a nosotros, con una percepción de división, no es más que un CAOS en el que dependemos de la suerte, de la genética, de la educación...etc. Sin embargo, cuando comenzamos a comprender esa unidad que todo lo habita, cuando empezamos a no hacer diferencias entre lo espiritual y lo material, sino a ver que lo material es aquella conciencia en manifestación, entonces empezamos a ver la VIDA como un SER VIVO INTELIGENTE, algo que se comunica con nuestra más pequeña identidad, con la que nos manejamos en el plano físico, con nuestra más infinita identidad, que es la Conciencia. Así vamos empezando a SENTIR esa unidad total que se manifiesta en la diversidad.
Muchas personas sienten que al ser espirituales, tienen que aprender aceptar la pobreza o la austeridad; pero cuando la conciencia se manifiesta en el plano físico, es abundante por naturaleza.
Si tenemos muchos conocimientos espirituales, muchas prácticas, mucha trayectoria, pero en el plano físico no podemos pagar las facturas, toda esa espiritualidad está viviendo un bloqueo para bajar al plano físico. Puede ser, quizás, ese juicio tan arraigado de que lo espiritual y lo material son cosas contrapuestas. Esos dos puntos en apariencia contrarios, cuando entramos a percibir de una forma más amplia, vemos que son el mismo punto.
No olvidemos PERMITIR que la conciencia se manifieste en el plano físico, que todas las células de nuestro cuerpo, hasta en lo biológico, sientan la presencia de esa identidad unitaria y común. PERMITIR esa comunicación fluida hace que el plano físico, que nuestra vida cotidiana, se vea transformada.
Sin embargo, cuando empezamos a comprender que todo lo que nos rodea es una expresión de aquella Conciencia a la que le hemos otorgado el carácter de “espiritual”, lo material deja de tener esa carga de juicio que ha tenido durante mucho tiempo.
La VIDA, ese suceder de acontecimientos, personas, objetos y momentos que se presentan frente a nosotros, con una percepción de división, no es más que un CAOS en el que dependemos de la suerte, de la genética, de la educación...etc. Sin embargo, cuando comenzamos a comprender esa unidad que todo lo habita, cuando empezamos a no hacer diferencias entre lo espiritual y lo material, sino a ver que lo material es aquella conciencia en manifestación, entonces empezamos a ver la VIDA como un SER VIVO INTELIGENTE, algo que se comunica con nuestra más pequeña identidad, con la que nos manejamos en el plano físico, con nuestra más infinita identidad, que es la Conciencia. Así vamos empezando a SENTIR esa unidad total que se manifiesta en la diversidad.
Muchas personas sienten que al ser espirituales, tienen que aprender aceptar la pobreza o la austeridad; pero cuando la conciencia se manifiesta en el plano físico, es abundante por naturaleza.
Si tenemos muchos conocimientos espirituales, muchas prácticas, mucha trayectoria, pero en el plano físico no podemos pagar las facturas, toda esa espiritualidad está viviendo un bloqueo para bajar al plano físico. Puede ser, quizás, ese juicio tan arraigado de que lo espiritual y lo material son cosas contrapuestas. Esos dos puntos en apariencia contrarios, cuando entramos a percibir de una forma más amplia, vemos que son el mismo punto.
No olvidemos PERMITIR que la conciencia se manifieste en el plano físico, que todas las células de nuestro cuerpo, hasta en lo biológico, sientan la presencia de esa identidad unitaria y común. PERMITIR esa comunicación fluida hace que el plano físico, que nuestra vida cotidiana, se vea transformada.
Comentarios
Publicar un comentario