Ir al contenido principal

¿Y ahora a qué me dedico?

Hoy en día nos encontramos con situaciones laborales realmente complicadas. Por un lado, tenemos un numeroso grupo de desempleados que se encuentra en una especie de “encrucijada”, puesto que se tiene que enfrentar a un momento en el que resulta muy difícil encontrar un nuevo trabajo. Y por otro lado, un gran número de personas que se encuentran en activo,-“afortunados”, según los desempleados-, están desesperados por su situación laboral, por el estrés, por un trabajo agotador que la mayoría toma como “un mal necesario” y que no satisface en absoluto sus ansias vitales, ni menos su creatividad. ¿Qué se puede hacer ante semejante espectáculo? Desde el Círculo Económico proponemos la introspección como primera parte del camino. Podemos comenzar por hacernos estas dos preguntas:
¿Qué me impide esta situación?
¿A qué me obliga esta situación?
Es curioso cómo la vida nos enfrenta justamente con aquello que solemos “esquivar”, y cómo las dificultades resultan ser un aliado al que preferimos no mirar de frente. Por ejemplo, puede ser que mi actual situación de desempleo me obligue a pasar más tiempo en casa con mi familia, siendo justamente algo que no deseo, porque tengo ciertos problemas en ese ámbito. Quizás sea hora, entonces, de "tomar el toro por los cuernos" en ese asunto familiar, y tratar de resolver la dificultad asumiendo mis responsabilidades, mis miedos y las cargas que me impongo a mí mismo y que no hago "de corazón". Actuamos de forma aprendida, utilizando comportamientos que nos van enseñando, y nos olvidamos de preguntarnos quiénes somos en realidad y de qué forma natural quiero comportarme con aquellos que me rodean. Quizás si comienzo a actuar como realmente deseo, como mi esencia me está pidiendo que lo haga, resuelva muchos más inconvenientes de los que en un principio pueda parecer. Obviamente, enfrentarse con nuestras sombras no es tarea sencilla, y los resultados iniciales no siempre son lo que esperamos. No por ello estaremos errados, sino muy por el contrario, el movimiento que nace de la naturalidad de lo que somos realmente, será el movimiento más certero que podamos realizar. Ocultar nuestros miedos, nuestros verdaderos sentimientos, en aras de "ser buenos", o "de hacer lo correcto", puede ser realmente peligroso.

Para aquellos valientes que se atrevan a practicar la sinceridad interna y tratar de observar a qué me tengo que enfrentar para superar las barreras que ahora mismo me resultan tan altas, podrán encontrar en este ejercicio una excelente plataforma para iniciar una nueva perspectiva y un largo camino hacia una comprensión más completa de su propio problema. Así podremos ir dejando de lado ese deseo constante de que alguien nos ofrezca la mano milagrosa que nos otorgue un nuevo trabajo, o bien podremos ir tratando de calmar esas quejas que no hacen más que incrementar nuestra angustia en trabajos que detestamos. La voluntad siempre es mejor compañera que la queja y que la espera...

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El palo en la rueda

Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar a su propia verdad. Se acostumbra a poner su esperanza en el futuro, y a vivir un presente que prepara constantemente lo que le falta al ahora. “A mí no”... ,-dice- “a mí no me puede pasar lo que a otros les sucede”. Y observa a esos “otros” que no pueden alcanzar lo que él tiene. Y dice “soy afortunado”. “Cumplo con los preceptos necesarios para que a mí no, a mí no me pase”. Y así uno, pedalea en su bici, en esa dirección, observando a los lados de la carretera a los caídos. “Lástima, les pasaré unas monedas”. Y sigue avanzando. Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado. Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe? Y sigue pedaleando... -Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer) Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo